Estela Sánchez: “En un futuro me gustaría explorar otros países, aunque no me importaría vivir aquí otra temporada”
Desde La Revoltosa os traemos una nueva entrega de “Estudiando fuera” con Estela Sánchez Hernández, villenera que reside en una de las principales ciudades de Holanda, concretamente en Utrecht, desde donde nos cuenta que está estudiando un máster en la enseñanza del español como lengua extranjera. Estela también nos habla de la convivencia con los compañeros y compañeras de piso, de como es su día a día en los países bajos, así como nos confiesa que echa a faltar de Villena principalmente la comodidad de estar en familia y no tener que preocuparse por la casa, por la compra, o por las facturas…
¿Qué estás estudiando? ¿Y qué fue lo que te hizo decidirte?
Sinceramente mi primera opción no era Holanda, barajé otras ciudades primero, en Reino Unido y República Checa,ya que las ofertas para las prácticas eran en centros de Educación Primaria y Secundaria, y yo he estudiado Magisterio, así que quería estar en contacto con alumnos de esa edad.
Finalmente, me asignaron Utrecht, (mi tercera opción) donde los alumnos son universitarios y estudian para ser profesores de español también. La verdad es que estoy contentísima de estar aquí, ya que estoy aprendiendo mucho, rodeada de un equipo docente muy profesional.
El pueblo que más me gusta, Amesfoort.
¿Cuánto tiempo llevas viviendo en la ciudad holandesa? ¿Cómo es tu día a día allí?
Llevo viviendo aquí desde mediados de marzo y ¡ya me queda muy poco!
Normalmente por la mañana, cojo mi bici y voy a la universidad, que está a unos 15 minutos pedaleando. Allí observo clases, participo en actividades docentes, también doy clases, ayudo a los alumnos a preparar sus exámenes etc.
Después, me voy a la biblioteca a trabajar en el Trabajo Final de Máster, ya que he de realizar una investigación y reflejarlo en un trabajo final para poder finalizar el máster. Cuando me canso, me voy a dar una vuelta por la ciudad o al piso, a charlar con los compañeros.
Los fines de semana es otra historia, solemos ir a visitar otras ciudades, como Ámsterdam y también otros pueblos menos conocidos, pero muy bonitos.
No sabía nada de holandés cuando llegué y tampoco lo estoy estudiando. Para las prácticas necesito el español, y fuera de ellas, me comunico en inglés, y en español también (hay españoles everywhere). Pero algo he aprendido del día a día, al leer las etiquetas en el supermercado para ver qué estoy comprando y al decir las 4 cosas básicas a los dependientes, como “hola”, “adiós”, “por favor”, “gracias”, “de nada” etc.
Dándo a conocer la fiesta de moros y cristianos en una actividad intercultural con los estudiantes (con la alábega y los rollitos de vino).
Termino mi estancia a principios de julio. He de volver a Alicante para terminar el máster y en un futuro me gustaría explorar otros países, aunque no me importaría vivir aquí otra temporada, ya que el estilo de vida es muy cómodo y el país tiene mucho encanto, debido a su arquitectura y la forma en la que los canales están dentro de la ciudad.
No me costó mucho adaptarme, tuve suerte de coincidir con increíbles compañeros de piso y de prácticas, por lo que nunca me he sentido sola o fuera de lugar. Como comentaba anteriormente, el estilo de vida es muy cómodo. Todo el mundo tiene su bici para moverse por la ciudad, que está repleta de carriles bici. Lo que te da una gran autonomía y ahorro de tiempo. Creo que voy a echar esto de menos cuando llegue a España.
En lo alto de un molino
Holanda, o mejor dicho, los Países Bajos, es un país pequeño, muy llano, y bien comunicado con trenes y carriles bici. Además, vivo cerca de la universidad y solamente cojo el autobús cuando llueve mucho, pues ¡aún no sé llevar la bici, más el chubasquero y el paraguas en la otra mano, como hacen los holandeses!
Cuando acabe el máster no sé bien todavía que haré, pues el mundo de la docencia en España es más complicado.
Pero estoy segura de que la experiencia de esta estancia me abrirá a nuevas oportunidades.
Parque de tulipanes
LA CONVICENCIA EN EL PISO
Comparto piso con un chico español, una chica alemana y otra chica canadiense. Todos somos más o menos de la misma edad y estamos haciendo prácticas o estudiando aquí, por lo que llevamos un ritmo de vida parecido y solemos hacer cosas en común.
¿Qué es lo que más te gusta del piso? ¿Y lo que menos?
Lo que más me gusta del piso es compartir las historias del día a día con mis compañeros, reír y comer los cuatro juntos y después jugar a las cartas o algo.
Lo que menos me gusta es que no hay persianas, no sé cómo pueden dormir sin persianas en este país. Cuando hace sol es inevitable despertarse. Tampoco tenemos salón, se echa de menos un sofá para una buena siesta… jaja.
Queso de Gouda
No solemos discutir, la verdad que nos llevamos bastante bien. Solamente hay “discusiones” por el tema de la limpieza de la cocina… Si te dejas los platos sin fregar más de un día, puede que te lo recuerden.
¿Alguna anécdota?
Normalmente cada uno compra su comida, y si te falta algo pues se lo pides al compañero y se comparte. Pero a veces hay demasiada confianza y se cogen cosas sin preguntar. Un día, de buena mañana, me dispuse a hacerme el típico desayuno español, unas tostadicas con aceite de oliva y un café. Pero algo no iba bien, no encontraba mi pan. No recordaba habérmelo comido. Pregunté por mi pan, a los compañeros, estábamos los 4 en la cocina. La canadiense se lo había comido por la noche porque tenía mucha hambre. Mi cara era un cuadro. No me importa compartir mi comida en absoluto, pero, no me lo esperaba y ¡en ese momento me había quedado sin mis tostadas! jajaj.
Compañeros de piso
POR HOLANDA
Me gusta ir a los parques cuando hace buen día, a hacer picnic, dar de comer a los patos, hacer yoga… en fin, a relajarme. Los holandeses son expertos en aprovechar un día de sol, no se lo piensan dos veces y disfrutan mucho de hacer barbacoas en los parques o alrededor de los canales.
También siempre que puedo voy de viaje a visitar otras ciudades y pueblos, a hacer un poquito de turismo holandés, entre tulipanes, canales, quesos y molinos.
Y bueno, como cualquier estudiante, salir de fiesta es algo importante. Así que solemos salir por el centro de Utrecht o por Ámsterdam.
Con la bici y mi madre, que vino de visita
¿Qué has aprendido al vivir fuera de casa?
Que necesitas un tiempo extra para comprar, fregar, limpiar, cocinar, poner la lavadora… jajaja, se echa de menos a la mama.
Bueno, pues a parte de lo que todo el mundo puede imaginar, aprendes a ser más independiente y maduro. Pero creo que, al vivir fuera del país, aprendes a valorar más lo que tienes en tu casa, a valorar a tu familia y a tu ciudad.
¿Echas algo de menos de tu casa en Villena?

Responde brevemente en relación a tu vida de estudiante en Utrecht:
Una comida: Quesos y gofres holandeses
Una bebida: Cerveza La chouffe
Una fiesta: El día del rey.
La peor asignatura: No estoy estudiando asignaturas, sino que yo ayudo a impartir las asignaturas 🙂
Un lugar (en Holanda): Un pueblo llamado Amesfoort.
Fotos: en el correo

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